lunes, 9 de marzo de 2009

La teta asustada, de Claudia Llosa


"La teta estará asustada, pero a mí me tienes aburrido" podría servir como chistoso resumen de lo que es este musical peruano. Y es que a partir de la segunda canción uno empieza a hartarse. Debe ser que Madeinusa, como solía decir Pumares, le salió bien porque llevaba pensándola mucho tiempo (en la era), y la verdad es que tiene dos o tres cosas interesantes, de altura cinematográfica, pero esta segunda producción es bastante más floja, superficial, convencional y aburrida que la ópera prima de Llosa. Usando los mismos elementos, a saber, el folclórico mundo de los indios, su idioma, el rostro de Magaly Solier (una versión andina de Björk), el cancionero popular y algún que otro mejunje de influencias religiosas, La teta asustada ofrece al espectador europeo todo lo que espera de este tipo de historias, pero, irónicamente, es todo lo que contribuye a desactivar el interés que pudieran tener.

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