sábado, 18 de febrero de 2012

Underworld despertar, de Måns Mårlind y Björn Stein


El equipo de manufacturación de esta clase de productos prefabricados no parece darse cuenta de la contradicción que supone aplicar un exhaustivo catálogo de convenciones puramente contemporáneas y estéticas que, antes de dotar a la narración de movimiento, la paralizan, cuando no desactivan. Así, a montones, estas películas (¿todas o sólo las de Hollywood?) irán a un contenedor del que dentro de unos cuantos años las rescatará algún husmeador inquieto que al poner sus ojos sobre ellas tendrá la misma sensación que tiene hoy el espectador avisado cuando revisa algún clásico del cine mudo; primero, que todos los que salen en la pantalla son ya pasto de los gusanos, y segundo, cuán artificial, pomposo, insustancial y ridículo era el cine... ¿todo o sólo el de Hollywood? Bien, a esto ha de responder la historia.

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