martes, 21 de febrero de 2012

Lo mejor de Eva, de Mariano Barroso


De difícil visionado, especialmente cuando el señor Silvestre abre la boca (por qué muchos actores españoles parecen recién salidos de la cárcel), por sus diálogos del Carrefour, nulo interés y pobre trama, la película además se convierte en un hilarante escaparate de cárnicos a partir de la mitad del metraje para concluir de la forma más inverosímil y arbitraria posible.

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