miércoles, 1 de febrero de 2012

La chispa de la vida, de Álex de la Iglesia


El cine español es el cine de los aficionados de pacotilla. Si no, no se explica cómo un director con dos dedos de frente y alguna preparación intelectual o cultural puede hacer una película con un guión comprado en el Carrefour, peor aún, comprado en el equivalente del Carrefour de Minnesota y luego traducido al español. Rediós las cosas que sueltan los "actores" por esas bocas. La planificación a base de primeros planos, la puesta en escena hilarante, los personajes que ya no son clichés sino verdaderas caricaturas o los diálogos de prospecto y discurseros son taras menores frente a la torpeza, grosería, "estado fetal" y chapucería general de un guión indecente, inverosímil, tramposo y manipulador que da vergüenza ajena.

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