jueves, 15 de diciembre de 2011

El extraño caso de Angélica, de Manoel de Oliveira


Si de las películas de Rohmer se decía aquello de que podías escuchar cómo crece la hierba mientras las veías, qué diré del centenario Oliveira que pueda superar dicha frase. El problema, más que la lentitud, confundida con la ausencia de relato, es la dilatación del cuento por medio de bifurcaciones y derivaciones incoherentes, pues, en verdad, la historia nuclear es acaso simpática y hasta interesante, de agradable fotografía y puesta en escena, pero embutida en un tedioso cajón de dimensiones exageradas.

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