La hilarante escena del robo, en la que el niño usa un bate mágico que deja inconscientes a las personas con un ligero golpe, pone de manifiesto la indecente propuesta de estos dos caballeretes empeñados en elevar a objeto cinematográfico una retorcida tontería en la que los guionistas, y no la historia, dictan el inverosímil "desarrollo" de los personajes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario