jueves, 26 de enero de 2012

Bunraku, de Guy Moshe


Festival de patadas y otras tonterías en un contexto escénico alucinógeno propio de un videojuego. Curiosamente, la lentitud de la película no es consecuencia sólo de una materia narrativa ínfima sino, ironías de la vida, de una planificación y montaje aparatosos y de la ridícula solemnidad y pompa audiovisual.

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