domingo, 21 de marzo de 2010

Shutter island, de Martin Scorsese


En El sexto sentido hay una escena -debe ser la centésima vez que hago referencia a ella- en la que Bruce Willis habla con la madre del niño; pero no están hablando, parece que lo hacen, y esta es la gran diferencia. Con apenas un plano Shyamalan alcanza la ambigüedad que Scorsese es incapaz de conseguir en su confusa película. La historia transcurre en la mente de DiCaprio sin que el espectador, estafado y enredado por las maniobras de diversión del guionista y la fantasía estéril del equipo de efectos especiales, tenga oportunidad de salir del cine con la agradable sensación de haber sido ingeniosamente manipulado, pues no existe rastro de honestidad en el planteamiento de un guión afecto al tramposo andamiaje de Los otros.

2 comentarios: