Qué hago yo en este engendro, parece preguntarse el pobre Neeson, una especie de Steven Seagal con mejor peluquero. No es casualidad que el director (¿?) sea español; qué cineasta con un par de dedos de frente aceptaría involucrarse en esta porquería inverosímil y fullera en la que una actriz alemana encarna a una bosnia que trabaja en Alemania... ¡rediós!
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