jueves, 13 de enero de 2011

Balada triste de trompeta, de Álex de la Iglesia


No es que los personajes sean clichés, es que son guiñapos; no es que los diálogos los han comprado en el Carrefour, es que vienen del contenedor donde se despojan de los productos caducados; no es que el guión sea tramposo, es que es un disparate; no es que el montaje sea confuso, es que parece que han tirado las escenas al suelo, las han recogido con un escobón y así las han ido juntando; no es que la puesta en escena sea paupérrima, es que parece propia de la grabación de un bautizo; no es que todo dé bastante vergüenza ajena, es que da mucha vergüenza ajena que a estas alturas nos echen a los ojos excrementos de este tamaño; no es que De la Iglesia sea mal director, es que ahora es un burdo político.

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