Que en España se estrene una película de animación belga sólo puede suceder si esta, más que belga, parece estadounidense, y esta no es que lo parezca, es que quiero serlo más que cualquiera de Pixar, menudo tufillo faldero desprende la cosa. Y la cosa chirría por la incapacidad de los autores de desmarcarse de las convenciones estéticas del cine de animación yanqui. Pero al fin y al cabo es una película belga, así que, por mucho que quiera parecerse a Toy story o Bolt, los diseños son hasta desagradables y, lo que es peor, hay tanto ingenio en ella como azúcar en un metro cúbico del Mar Muerto. Y los padres llevan a los niños a verla... entre esto y llevarles al Rocío, lo mismo da, les van a salir imbéciles de todas formas...
jajajaj...
ResponderEliminarte admiro
Ay calla, que soy mocito y me sonrojo...
ResponderEliminarPues con la crítica de ahí arriba, la del estiercol, aún más, jajaja
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