Dejar de ver La duquesa no significa gran pérdida si ya se ha visto alguna película inglesa de época porque esta repite la fórmula; fasto, pompa, circunstancia, regodeo comprensible en la lengua de Shakespeare y lances amorosos y/o políticos. Todo muy bien explicado y fotografiado. La única razón, pero no suficiente, para entrar en el cine sería el deseo de admirarse ante el impecable y siempre excelente trabajo de Ralph Fiennes... en el caso de poder verlo en versión original; de no ser así la mejor opción es huir del cine y salir con un gesto airado de desprecio hacia los impostores del doblaje.
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