Cuando de repente se encuentra uno con Charlize Theron en una película como esta empieza a sospechar. Pero el personaje que interpreta esta diosa (y no lo digo con afán platónico) es lo más sorprendende en Hancock. Anacronismos y convenciones hollywoodienses aparte, la película se deja ver a veces con entusiasmo y a veces con asombro. Siendo una película de acción sin grandes exhibiciones de efectos especiales, lo mejor está en el guión y en el giro que da la historia cuando la surafricana dice "aquí estoy yo". Al final de la proyección, pensando en si una historia como esta tendría sitio en la paupérrima y convencional producción española, llegué a la conclusión habitual; no hay productores, y si los hubiere, no tendrían la alegre valentía de dar una oportunidad a un guión con tan estimulantes ideas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario