Antiguo reportero, reciente documentalista y vigente aspirante a cineasta, Olivares nos traslada a la Andalucía de finales del siglo XIX... perdón, de mediados del siglo XX para hacer un retrato algo convencional y por momentos chirriante de la sociedad rural, insertando de paso bucólicas imágenes de bichos varios y nieve que levanta polvo tal que si fuera falsa. Sin tener en cuenta los diálogos, ya sea por el acento forzado de los intérpretes o por su carácter prefabricado, la caricaturización de los personajes o una narración a la que el guionista olvida dotar de carne ficticia, por muy realista que sea la historia en la que se basa, queda no obstante una película inofensiva y mediocre en la que destaca el trabajo de Sancho Gracia, seguido de cerca de Bardem, Carlos.
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