Por un momento pensé que parecía española. En efecto, esta es una película cuyos elementos parecen disociarse en vez de combinarse en una misma dirección y con un mismo propósito. De hecho, los nombres de Kant (¡La Crítica de la razón pura aparece como una lectura de referencia del niño!) o Pascal se mezclan con los de Trotski o Lenin. Además de una factura técnica aceptable al cine de animación se le pide (se le exige; no caben medias tintas en la era post-Wall.e) algo más que menciones eruditas o guiños políticos, y esta producción de Hong Kong se queda en un juguete informe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario