Tedioso docudrama de hechuras televisivas: estructura fragmentada en tramas y tonos cuya duración podría alcanzar entre cero e infinitos minutos. Por desgracia, se nos ha presentado la segunda opción.
Historieta que suscribe las convenciones de un género cuya decadencia e incapacidad de liberarse de una estética de peluches monstruosos, mozalbetes hercúleos y princesas re(s)catadas (al fin y al cabo es un producto de la hamburguesería Disney) se une aquí a un tono descendente rematado con la consabida escena de explicaciones y justificaciones que siembra el bostezo tedioso e indiferente en el espectador.
Historieta bélica con algún efecto sentimentaloide y una deplorable actuación de Banderas que podría haber sido más incisiva respecto a la intervención de las compañías petroleras y las consecuencias geopolíticas de la misma y trascender al simple cuento oriental de reinos del desiertos y otros tópicos.
En la banda sonora suenan varias piezas de las Variaciones Goldberg de don Johann Sebastian, el señor Bach, interpretadas por Glenn Gould. Si prestan atención podrán oír al propio Gould canturreando. Interesante, ¿verdad?