¿Comparten esa sensación de estar en el cine leyendo un guión en vez de viendo una película? Esto ocurre cuando los actores son malos, cuando los actores son buenos o malos pero el director no sabe hacer su trabajo y/o cuando los diálogos son ofertas del Carrefour y se cuelan en los oídos como estiletes mohosos. Planes para mañana reúne un par de estos requisitos y añade algunos otros problemas en cuanto a planificación, verosimilitud y estructura, haciendo que el resultado sea una soporífera lectura de guión.
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